Mons. Manuel Irurita obispo de Barcelona

Que hayan sido elevados a los altares ya dos millares de mártires de la persecución religiosa de los años 1934-1949, constituye un acontecimiento excepcional en la historia moderna de la Iglesia en España, hecho de una trascendencia extraordinaria, pues los demás se agotan, pero este permanece por los siglos.

Así lo anunciaba en 1985 con carisma profético el catedrático D. Francisco Canals cuando las causas de nuestros mártires estaban paralizadas por razones de oportunidad: “El glorioso martirio de los obispos, religiosos, sacerdotes y seglares que entre 1936 y 1939 llenaron el martirologio católico con millares de figuras, habrán de ser perpetuamente veneradas en los siglos futuros cada año el 6 de noviembre, como Mártires de la realeza de Cristo y ejemplo de conducta a seguir ante la pretensión política de apostasía social impuesta desde el poder político.”