El papa Francisco se ha dirigido a toda la Iglesia, para que, uniéndose en comunión y penitencia, recemos diarimente el santo Rosario para pedir que Dios proteja a su Iglesia de las asechanzas del demonio.
Esta invitación de acudir con confianza a la Virgen para que sea nuestro refugio desde el que resistir a las asechanzas del maligno no es nueva en la iglesia. Desde León XIII, “el papa del rosario” todos los papas han sido devotísimos del Rosario y han promovido el rezo del mismo a través de sus enseñanzas y concediendo indulgencias.
Asimismo el pueblo cristiano intuyendo que esta oración era del agrado de nuestro Señor y de la Virgen la han rezado en los momentos de prueba y dificultad. La historia de la Cristiandad y su lucha contra los que pretendían acabar con ella ha estado muy unida al rezo del Rosario. |
A comienzos del siglo XIII la Madre de Dios, en una aparición a Santo Domingo le enseñó a rezar el rosario, y le dijo que propagara esta devoción y la utilizara como arma poderosa en contra de los enemigos de la Fe.
San Juan Pablo II gran devoto del rosario pidió que se invite a todos a rezarlo, a no temer el compartir tan hermosa devoción, que es una catequesis de la fe. Nos alertaba ante la crisis espiritual de nuestro mundo que nuestras fuerzas humanas no bastan. La victoria, decía el Papa, vendría nuevamente de la mano de la Virgen María.
Los creyentes hemos sido confirmados no sólo por los pontífices, sino por Nuestra Madre misma, la Virgen María en sus últimas apariciones del tesoro que es eta devoción. En Lourdes, la Virgen llevaba un rosario. Y también lo llevaba cuando se les apareció a los tres pastorcitos de Fátima. Y fué en Fátima donde ella misma se reveló a los niños su título: «Nuestra Señora del Rosario».
Rezemos el rosario, esta sencilla oración está al alcance de todos y se puede rezar en cualquier tiempo y lugar. Y acudamos a ella de modo especial en estos tiempos para que proteja a su Iglesia de las asechanzas del demonio. No en vano San Pío de Pietrelcina, grandísimo devoto de María y del rosario, llamaba a esta bella oración “mi arma”.
Para introducirte en la práctica de esta devoción o para profundizar en ella te recomendamos 6 libros sobre el Rosario que merece la pena conocer y difundir.