

El cuarto mandamiento es mandamiento y guía inexcusable para toda la vida de cada uno de nosotros; incluso los hijos de los ladrones o los corruptos deben observarlo, no solo en su vida, sino más allá de ella. Si además el padre ha sido un personaje público, esa honra debida debe extenderse también al ámbito público; y si además ha sido una persona ejemplar en su vida, en el testimonio de fe que ha ofrecido a lo largo de ella, ese deber adquiere el valor del testimonio de una vida que sirve para la riqueza del espíritu y la elevación del alma.
Gino Bartali fue un devotísimo hijo de Santa Teresita del Niño Jesús, por quien se hizo terciario carmelita; esposo enamorado, padre amante, amigo fiel… un deportista excelentísimo, un héroe anónimo de la segunda guerra mundial, ¡el que salvó a Italia de una guerra civil!, y que sin embargo no buscó la gloria de este mundo sino solamente la del cielo, como le decía a su hijo: “hay que hacer el bien, pero no hay que decirlo. Si se dice ya no tiene valor, porque significa que se quiere obtener publicidad de los sufrimientos ajenos. Éstas son medallas que se ponen en el alma y se valorarán en el Reino de los Cielos, no en la tierra”.
En el libro de Bartali hijo encontrará el lector el cumplimiento del cuarto mandamiento en esta forma: “honrarás a tu padre… cristiano ejemplar y campeón ciclista”. No es un tributo, tampoco un ajuste de cuentas, es la sola memoria de un hijo devoto que antes de dejar este mundo cumple con el deber moral del cuarto mandamiento y nos abre una página hasta ahora desconocida de la vida y la interioridad de un hombre que no quiso ser descubierto ni recordado por sus verdaderas gestas, que no fueron las deportivas, sino solamente honrar a Dios con su vida.
Es el recorrido por el palmarés de uno de los mayores ciclistas de la historia, con una carrera que ni siquiera la segunda guerra mundial pudo truncar, pues ganó giros y tours antes y después de la contienda ¡con más de diez años de separación!, aunque corrió sus más peligrosos kilómetros durante ella por una medalla de un metal que no se forja en este mundo…
Es un manual de vida. La de un joven que persigue incansablemente sus sueños, que ayuda a la familia con sus éxitos; la de un hermano que supera la pérdida de su alma gemela por la oración en la que halla fortaleza y consuelo; la de un padre que lucha por sacar adelante a su familia; la de un patriota que no se pliega a los regímenes injustos, que ayuda a quien lo necesita sin discriminar por ascendencia o color político; la de un deportista que compite con nobleza, solidario con sus compañeros y respetuoso con sus rivales.
Es a la vez un recorrido por la historia italiana del siglo XX, la que atraviesa las dos guerras mundiales, sus crisis, sus hambres, sus intrigas políticas, su memoria deportiva, sus mundiales de fútbol y su historia ciclista, la de la rivalidad deportiva mayor que jamás ha vivido Italia, la de Bartali–Coppi, la rivalidad por excelencia, la que unió a todo un país.
Es un libro para jóvenes y mayores; para los amantes del deporte y para los que buscan ejemplos de vida cristiana; para los amantes de la épica ciclista y para los devotos de la fe heroica; para los que recuerdan al campeón Bartali y para los que quieran descubrirlo; para los que quieran conocer al cristiano Bartali y para los que quieran admirarlo.