

El escritor canadiense Michael D. O’Brien es conocido principalmente por la saga de libros del Padre Elías, pero en esta ocasión no firma un libro de ficción, sino una serie de valiosas reflexiones en torno al libro del Apocalipsis.
O’Brien no se deja llevar por interpretaciones catastrofistas, pero tampoco cae en el error de diluir el mensaje del Apocalipsis en mera simbología: lo que explica es real y debemos estar atentos para discernir los signos de los tiempos y alimentar nuestra esperanza.
Otro peligro que evita O’Brien es el de perderse en detalles, fechas y personajes, especulaciones vanas que nos despistan de lo esencial. Eso sí, para O’Brien resulta evidente que estamos viviendo ya los tiempos de los que habla el Apocalipsis, no solamente en el sentido de que todos y cada uno tendrá que pasar por el juicio personal tras nuestra muerte, que no está tan lejana, sino en sentido propio: ya podemos ver algunos de los elementos que aparecen en el libro del Apocalipsis hechos realidad.
O’Brien conjuga su lectura y reflexiones propias, con la guía de varios Padres de la Iglesia, pero sobre todo la de algunos pensadores del siglo XX como Pieper o Dawson, lo que aporta solidez a sus escritos.
En concreto, este libro recoge una conferencia impartida en Ottawa, seguida de la transcripción del turno de preguntas y respuestas, a las que se han añadido tres capítulos (Signo de contradicción y el nuevo orden mundial, La gran apostasía y ¿Qué es lo que tenemos que hacer?) y una selección de textos bíblicos que ayudan a comprender mejor el libro del Apocalipsis.
Estamos pues ante una obra serena y ponderada, que no pretende ir más allá de donde, con la mayor de las prudencias se puede ir, pero que se hace muy necesaria para tomar conciencia, sin tonta ingenuidad ni curiosidad malsana, del momento histórico que vivimos.