Se hace tarde y anochece, el excepcional libro del cardenal Sarah, sigue dando que hablar. Ahora es el periodista Francisco Serrano Oceja, quien escribe sobre el mismo en Religión Confidencial. Allí, nos deja algunas valiosas anotaciones:
“Lo primero que hay que aclarar, en referencia esta novedad, es que no hay tema que pueda ser polémico, en la actualidad del vida interna de la Iglesia, que no sea abordado de una forma o de otra. Una de las aportaciones del cardenal Sarah es que responde a las grandes cuestiones que producen sorpresa y, en no pocos casos, estupor. Y que además están en la actualidad. Desde el Sínodo de la Amazonía hasta las últimas formas de abusos litúrgicos; desde las cuestiones referidas a la pederastia hasta cómo defender el matrimonio y la familia.
Por cierto, dice el cardenal que es consciente de los esfuerzos del episcopado español, entre otros europeos, por defender la vida, el matrimonio y la familia. Pues que lo pueda seguir diciendo por mucho tiempo.
Segundo, hay frases del cardenal Sarah que son auténticos aldabonazos para la conciencia del lector. Y que hay que leer dos o tres veces. Leer, pensar y meditar. Porque no parecen muchos los cardenales, y las personalidades de la Iglesia, que dicen las cosas tan claras como lo hace el cardenal Sarah.
Empezando por el leit motiv de no pocas de sus respuestas: la vuelta a Dios, la centralidad de Dios, la vida espiritual, una idea que era uno de los referentes del pontificado de Benedicto XVI y que ahora parece que ha pasado a un segundo plano.
Tercero, el cardenal Sarah va a lo fundamental, es decir, habla porque hay quizá, como diría J. Guitton en su famoso libro, un “Silencio sobre lo esencial”, también en ciertos sectores de la Iglesia. Y este hablar sobre lo esencial provoca en el lector la reacción de volver su vida, y su pensamiento, hacia lo esencial entre el marasmo de señuelos que tanto perturban.
Por ejemplo, es muy alentadora la reflexión del cardenal Sarah sobre el “miedo”, las formas de “miedo” que están atenazando la conciencia cristiana y la vida espiritual, y la exterior. Un miedo que hay que relacionar con las consecuencias de la acedia, otro de los grandes temas.
Por lo tanto, y por mucho que se diga que si el cardenal Sarah es uno de los opositores al Papa, et alii, no hay mejor cosa que leerle y descubrir así cómo ejerce su ministerio y su magisterio a través de unos libros, a los que hay que dedicar tiempo, reflexión y oración.”