Es probable que los más viejos recuerden al Sr. Chips por alguna de las diferentes adaptaciones al cine que se han llevado a cabo. O a lo mejor el nombre no le suena de nada. No importa. Hay mil motivos para leer esta deliciosa novela.
La historia que nos explica James Hilton es sencilla: la vida de un profesor, ni más ni menos. Una vida ordinaria, sin grandes sucesos más allá de los que jalonan, al fin y al cabo, la vida de cualquiera: ilusiones, disgustos, muertes, alegrías… Pero la vida de alguien singular (también, en el fondo, como cada uno de nosotros) y entrañable, narrada con delicadeza, con sentido del humor y con una maestría encomiable.
Como nos recuerda la editorial, el viejo señor Chipping (sí, es el verdadero apellido del Sr. Chips) ha sido el profesor de griego y latín en la escuela de secundaria Brookfield desde tiempos inmemoriales. Nadie recuerda cuándo llegó, ni cómo era de joven, ni si alguna vez se casó, pero su sentido del humor, su talante convencional, su característica forma de hablar y las anécdotas que ha protagonizado lo han convertido en un emblema de la institución y en una figura muy querida por alumnos, exalumnos y profesores. Esta es la historia de su vida.
Desde su publicación en 1934, Adiós, señor Chips ha emocionado a generaciones de lectores y se ha convertido en un clásico literario sobre la vida académica y el amor por la enseñanza. Con una sensibilidad y una sutileza excepcionales, Hilton creó en esta pequeña gran historia un personaje entrañable, cautivador y absolutamente inolvidable.
Un libro delicioso, que se lee de un tirón y con una sonrisa en los labios. Y si te dedicas a la enseñanza, un libro imperdible.