

Se hace eco Carmelo López-Arias en Religión en Libertad de la aparición del libro Tus hijos volverán. La oración de Santa Mónica logró la conversión de su hijo San Agustín y ganó así para la Iglesia a uno de sus mayores santos y una de las personalidades más influyentes de su bimilenaria historia. Hoy las madres siguen rezando incansablemente por sus hijos, y algunas lo hacen de forma coordinada, como La Oración de las Madres [Mothers Prayers] (pincha aquí para contactar en España) o las madres-Mónica. A estas últimas ha consagrado un libro el padre Manuel Morales: “Tus hijos volverán” (Ciudad Nueva).
Sacerdote agustino de 83 años, el padre Morales, que reside actualmente en la parroquia de San Agustín de Cádiz, ha ejercido el ministerio en colegios, residencias universitarias, seminarios y parroquias. Además atesora una larga experiencia en la animación de retiros y encuentros de formación espiritual para jóvenes, novios, familias, religiosos y religiosas en España, Italia, Portugal, Polonia, Brasil y varios países de Hispanoamérica.
La experiencia de decenas de madres que rezan por sus hijos y han consultado con él está en los orígenes de “Tus hijos volverán”. Estos son algunos fragmentos d ela entrevista que ha concedido:
-¿Dios escucha de manera especial a las madres?
-En relación a la suya, su Madre, la Virgen, no hay duda ninguna. Bastaría recordar la escena de las bodas de Caná: “Le dice a Jesús su madre: Que no tienen vino. Jesús le responde: no ha llegado mi hora. Dice su madre a los sirvientes: Haced lo que él os diga”. Asunto resuelto. Si alguien duda de esta “influencia” materna, que visite por el mundo cualquier santuario mariano. Lo comprobará con sus propios ojos.
-Son perseverantes…
-Da la impresión que las madres no se recatan de ser “pesadas” con Dios. En este libro puedes encontrar la manera de orar de una madre, muy acorde, por cierto, con la parábola del evangelio: “Te ganaré por cansancio a fuerza de pedirte”.
-¿Es una idea esencial en su libro?
-Lo dice el título. La respuesta de Dios a las lágrimas de Raquel es: “Tus hijos volverán”. Como “la gran matriarca de su tribu”, Raquel, madre, es quien expresa el gran dolor del exilio de los hijos de ese pueblo. ¿Un amor así, de madre dolorida, no llegará “especialmente” al corazón de Dios? ¿No recuerdan esas lágrimas los “gemidos” del Espíritu, que dice San Pablo?
-El libro recoge testimonios de madres que casi reproducen las etapas (“estaciones”, las llama usted) de la historia entre Santa Mónica y su hijo. ¿Le han ayudado esas madres a comprender mejor el recorrido de esa conversión?
-Indudablemente. Esa es la parte más original del libro. Entendí que lo que vivió Santa Mónica nadie lo explicaría mejor que las madres. Es el propio San Agustín quien describe el papel de su madre en todo el proceso de su conversión. Pero ellas, las madres, en este libro se convierten en las intérpretes privilegiadas de los sentimientos de aquella madre. Por eso, en cada “estación”, hay tres focos: uno, el testimonio de alguna madre, su vivencia; dos, lo que cuenta San Agustín de su madre sobre ese punto; tres, lo que hoy podemos aprender padres y madres con la reflexión y la ayuda de la psicología, la pedagogía, el Magisterio de la Iglesia.