

Ana Rodríguez de Agüero nos llama la atención en Alfa y Omega sobre dos novedades chestertonianas: El Sr. Marbury y el último libro de Fabrice Hadjadj. Dos libros que puedes encontrar en nuestra web y que a nosotros también nos encantan.
En España, uno de sus adalides es el escritor Enrique García Máiquez. Le conocí en persona precisamente en un Congreso Internacional que el Club Chesterton de la Universidad CEU San Pablo dedicó al gran genio inglés, hace un puñado de años. A la sombra de Chesterton hemos tenido algunas conversaciones memorables y he recibido impagables recomendaciones de lecturas. Ni una sola me ha defraudado.
A la sombra de Chesterton, y de García Máiquez, han llegado a mis manos dos de las grandes maravillas que he leído este verano. El Sr. Marbury, la novela (Ediciones Camelot, 2018), es también un diario y una reflexión metapoética sobre los alcances y los límites de la ficción. El protagonista, Peter Marbury, abogado de profesión, letraherido en su corazón y amante esposo y padre, se ha convertido en alguien familiar desde las primeras páginas.
El Sr. Marbury es hijo espiritual de Chesterton, que proclamó que el verdadero aventurero de los tiempos modernos es el padre de familia. El gesto cotidiano de afeitarse constituye para Marbury una epopeya digna de ser cantada en endecasílabos. No digamos una aventura verdadera, como la rotura simultánea de lavadora y secadora.
La misma épica alumbra la segunda obra que quisiera recomendar. Últimas noticias del hombre (y de la mujer ) (Bibliotheca Homo Legens, 2018) es, de todas las obras que he leído de Hadjadj, la más luminosa y esclarecedora –y esto, como cualquiera que haya leído alguna obra suya sabrá, es decir mucho–. Aparentemente son artículos sobre temas diversos, pero hay una unidad de pensamiento formidable: un tesoro que muestra que «lo que podríamos llamar el método Chesterton sigue vivo y coleando». Hay que leer este libro, no tanto para entender el mundo que nos rodea (que también), sino sobre todo para poder vivir con alegría. Como Marbury y como Chesterton.”