- Creció cerca de los Alpes, en el norte de Italia.
Pier Giorgio nació en 1901 en Turín (Italia), cerca de los Alpes. Su padre, Alfredo Frassati, era periodista y político, y su madre, Adelaide Ametis, pintora. Tenía una hermana menor, Lucianna, que escribió su biografía. Sus padres perdieron a su hermana mayor, Elda, cuando sólo tenía ocho meses.
- Es conocido por su afición al deporte y a las actividades al aire libre, pero también tenía una faceta artística.
A Pier Giorgio le gustaba el atletismo y las actividades al aire libre, como el esquí, el alpinismo, la equitación y la natación. También estaba dotado para la música y las artes. Tomó clases de piano y canto, le encantaba cantar y frecuentaba óperas y museos. También podía recitar de memoria pasajes del gran poeta italiano Dante y le gustaba fumar en pipa.
- Sus padres no apoyaban su fe.
El padre de Pier Giorgio era un católico que había perdido la fe y ninguno de sus progenitores aprobaba la intensa fe del futuro santo. A menudo le regañaban por llegar tarde a las comidas, sin saber que había estado cuidando a pobres.
- Se enamoró profundamente de una chica de clase social baja.
El santo escribió a su hermana, Lucianna, y a varios amigos sobre su amor por una chica llamada Laura Hidalgo. Sin embargo, sabía que sus padres no aprobarían la unión, y como sus padres ya tenían intención de separarse, no quería provocar más tensiones en su matrimonio. Por ello, nunca le declaró su amor.
- Aprovechaba cualquier circunstancia para evangelizar.
Pier Giorgio siempre compartía su fe con entusiasmo, ¡incluso jugando al billar con sus amigos! Muchas fuentes cuentan que solía hacer apuestas con sus amigos durante las partidas de billar y si el amigo perdía tenía que hacer una Hora Santa de Adoración o ir a Misa con el futuro santo.
- Se preocupaba mucho por los pobres.
Pier Giorgio empleó su riqueza y su tiempo en servir a los más pobres de Turín. Fue miembro activo de la Sociedad de San Vicente de Paúl desde que tenía 17 años.
“Asombrada, la gente veía a este joven por las calles de Turín arrastrando carros llenos de enseres domésticos pertenecientes a los pobres que buscaban un hogar”, dijo un testigo presencial. “Entraba en las casas más míseras y repartía todo el dinero que tenía, de modo que no le alcanzaba para coger el autobús de vuelta a casa”.
El padre Giovanni Barberis, vicepárroco de la parroquia Madonna della Pace de Turín, también dijo que, además de ayudar materialmente a los pobres, Pier Giorgio les llevaba a los sacramentos.
“Todos los meses llevaba a los miembros de la Sociedad de San Vicente de Paúl a confesarse, y al día siguiente a comulgar”, cuenta el padre Barberis. “Era conmovedor ver a un hombre tan joven seguido por familias enteras, treinta o cuarenta personas. Siempre que le veía, pensaba que su virtud era heroica”.
- Era conocido por sus bromas
Pier Giorgio también destacaba por su sentido del humor y sus bromas: solía poner sábanas cortas en las camas de sus compañeros en los retiros y despertaba a sus amigos en las acampadas con una trompeta de juguete. Una vez, durante un examen, pidió al conserje de su escuela que entregara a su profesor un paquete chorreante: ¡lleno de helado!
- Desde pequeño, Pier Giorgio tuvo un permiso especial para recibir la Comunión diaria.
En su época no era común que los fieles comulgaran todos los días. Sin embargo, siendo alumno del colegio de los jesuitas, recibió permiso para hacerlo. También tuvo una gran devoción a la Eucaristía que se plasmaba en la adoración frecuente.
- Murió de poliomielitis muy joven.
Pier Giorgio murió de polio cuando sólo tenía 24 años, el 4 de julio de 1925. Los médicos creen que contrajo la enfermedad al atender a los pobres. Su enfermedad comenzó el 29 de junio y sucumbió a la parálisis y la muerte en una semana.
En su lecho de muerte, seguía preocupado por ayudar a los pobres en todo lo que podía. Entregó un paquete a su hermana y escribió una nota a uno de sus amigos con una mano que apenas podía mover debido a la parálisis: “Aquí están las inyecciones para Converso. La papeleta de empeño es de Sappa. Lo había olvidado; renuévalo en mi nombre”.
Su otra preocupación final era abandonar a sus padres, ya que su padre no tenía fe. Pero el sacerdote que lo atendía le dijo: “Giorgio, no los abandonarás; vivirás en espíritu con ellos desde el cielo. Les darás tu fe y tu abnegación, seguiréis siendo una sola familia”. Asintió con la cabeza y murió al día siguiente.
Más tarde, tras la muerte de Pier, su padre recuperó la fe y la práctica religiosa.
- Dos hombres fueron curados por su intercesión.
El milagro que confirmó la beatificación de San Pier Giorgio fue la curación de Domenico Sellan en 1933. Sellan estaba paralítico y al borde de la muerte debido a una enfermedad tuberculosa de la columna vertebral cuando un sacerdote le llevó una estampa de Pier Giorgio. Sellan se curó milagrosamente y vivió hasta los 75 años.
El segundo milagro ocurrió en 2017 después de que el entonces seminarista Juan Miguel Gutiérrez se rompiera el tendón de Aquiles jugando al baloncesto. Comenzó una novena al entonces beato Pier Giorgio. Mientras la rezaba en la capilla, sintió una sensación de calor alrededor del tobillo justo antes de que cesara el dolor. Cuando volvió al médico, ya no había desgarro.
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